3.12.09

cinco (bajo sol carretero)



La ladera baña herrumbre
nuestros brazos.
Y el oro cuece aceite
las intenciones.

Fortuna rota
cristalina empina daga
la vetusta moral
del viajero.

Sólo la sombra acaba
en ceniza.

Solos recogemos las plumas,
los vientos
y los asientos minerales
del cerro, deseos.

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