9.10.08

Vietnam 75 (¿y a mi qué me importa?)


Bajo el puente
los arrozales dibujan
la ladera de blanco, rojo y sufrimiento
Es la rabieta del emperador,
que nos deja decúbito bajo su cielo.

1.10.08

Ojo toro


A ojo de toro,
torero toreo.
Circunflejo ruedo,
a pie,
en el encierro.

Ole, torero.
La grana salpica
la arena replica,
ole, torero.

Sue Lynn


(OIRSE CANTANDO, OYENDO, VIENDO.).
“She may be weary
women do get weary
wearing the same shaggy dress
and when she's weary
try a little tenderness”.

Entrando en andando suave,
trompo borracho,
acompasando el aire de la barra, los hielos.
En entrando las copas,
enfriando los vinos,
bajito, despacio,
de scherzo a descrescendo,
diminuendo,
en momentos rojo tierno,
las piernas, el cabello.

(CERRARSE LLORANDO, CONTEMPLANDO, RIENDO).
“Once I wanted to be the greatest
no wind of waterfall could stall me
and then came the rush of the flood
stars of night turned deep to dust”.

Para caminar,
cerrar los ojos,
y derretirse de vainilla y zarzamora.
No ver bordes, límites
y entonces dar un toque piano,
andar.



Shshush



Sobre la tormenta en la tormenta,
soy la tormenta que me destierra,
arena perpetua de bonzo voluntario,
hijo de rama e incienso.

Soy la tormenta en el espasmo, tras el espasmo.
Soy la tormenta dondesea,
Similar, morada y virulenta,
soy la espera tras la tormenta,
soy el espasmo, quemando la duermevela.

SUB DECLARACIÓN VI



Después de los juegos, los remilgos, los pasos inusitados y las veladas aspirando musgo, polvo y dosis de mala saña, el Capitán del submarino se ve en los ojos de sus alféreces, cabos, tripulación en general, y reconoce muescas, banderas, signos de depravación, miseria y bondad, se ve a sí mismo retorcido entre fauces de hienas marinas, perros y resorteras infantiles. La esperanza que vivo lo contiene está en cada una de las válvulas, cuya presión conserva su fe religiosa abigarrada. El descenso, a estas náuticas alturas, le mantiene sin cuidado. Observa, se ve las manos como quien se las intenta leer, y apresurado gira órdenes de que el submarino permanezca impasible a una profundidad cómoda, quieto, estático. Vuelve a mirar sus palmas y el llanto inconsolable se vierte en su camarote. Apaga las luces, prende su cigarro, play al blues y la válvula de oxígeno marca ceros, paulatinamente. El cuerpo del Capitán flota en paz, honra y decoro perpetuos, sumergiéndose en los ojos de los demás.

SUB DECLARACIÓN V





Ya está cansado de que se le persiga. Que se le vilipendie, todas las noches. Ya no hay fuga posible. Ya no quiere batallar, cigarro tras cigarro, con la muerte que lo ve desde la calle. Él, en su balcón, adusto le arroja las colillas. La muerte escapa al hombre, se muere primero. Con todo el oprobio del mundo, se le ríe en la cara. Ya no más temor al frío, al desprecio, al fuego, al incienso, al ser.