Olivar (para los caídos en Gaza) II
¿No es la tierra quien te ata la lengua?
Es el camino perdido entre olivos, aceites en las pestañas,
nubla, seca, y esparcida la desesperanza en el fusil luz.
¿No es el dios de dentro el que te empuja?
Es la hora del sol que cuece párpados y oraciones en siembra y arena.
¿No oyes las bombas decantar sus rezos?
Es la voz de la caravana, del espíritu de todos, todos, todos.
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